Los “cacerolazos” son performances sonoras de la ciudadanía, que en un acto poético de indignación deforman sus objetos cotidianos como ollas, sartenes, pailas, cacerolas, etc. En ellos se reconoce inmediatamente una nueva identidad. Estos objetos adquieren la representación plástica de las expresiones del malestar social. Sin mayor intención que generar ruido, identificamos la acción inconsciente de esculpir estos utensilios de cocina, dejando una huella en cada golpe transformándose así en vestigios históricos al final de su utilidad como instrumentos de expresión.
Instalación en conjunto con Paula Urizar
MAVI - Concurso Cabeza de Ratón 2011
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